Muchas veces, desde una posición muy lejana a lo que desean, las personas deciden qué es lo que quieren. Pero en vez de enfocarse en ello y de practicar su vibración hasta alcanzar una sintonización vibratoria con su verdadero deseo y permitir que la Ley de la Atracción se propague por el Universo y les aporte los resultados adecuados, se impacientan e intentan hacer que suceda pasando a la acción. Pero cuando actúan antes de haber mejorado el contenido de su vibración, lo que obtienen es un homólogo de su vibración actual en lugar de su deseo.
Hasta que no practicas tu vibración, suele haber un gran abismo entre la vibración de lo que realmente deseas y la que estás emitiendo. Sin embargo, lo que llega a tu vida siempre se acopla a la vibración que estás emitiendo.
Por ejemplo, una mujer acaba de tener una mala relación con su pareja que la maltrataba física y verbalmente. No quería esa situación ni le gustaba. De hecho, no soportaba el tipo de vida que tenía junto a esa persona. Así que, desde su lugar de saber lo que no quiere, hace una clara afirmación de lo que quiere. Desea una pareja que la quiera y la trate con amabilidad y respeto. Pero no se siente segura sin pareja y desea encontrar a alguien enseguida. Va a algún lugar de los que solía ir y conoce a una persona que parece bastante agradable. Pero puede que no se dé cuenta de que la Ley de la Atracción todavía la está emparejando con la vibración que domina en ella. Y en esos momentos lo que domina en ella es la vibración de lo que no quiere, porque las partes no deseadas de su última relación están mucho más activas en sus pensamientos que las nuevas intenciones que ha creado. En su afán de calmar sus sentimientos de inseguridad, pasa a la acción y se lanza a esa nueva relación y consigue repetir la historia.
Lo ideal es que se tomara las cosas con más calma y dedicara más tiempo a pensar en lo que quiere hasta que esos pensamientos sean su vibración predominante. Luego podrá dejar que la Ley de la Atracción le traiga a ese maravilloso nuevo compañero que busca.
La mayor parte de las personas no son conscientes del poder de sus pensamientos, de la naturaleza vibratoria de su Ser o de la poderosa Ley de la Atracción, de modo que buscan la acción para hacer que las cosas sucedan.
Aunque estamos de acuerdo en que la acción es un componente importante, tu experiencia física no la creas a través de la acción.
Cuando comprendas el poder del pensamiento y practiques la ofrenda deliberada del mismo, descubrirás la poderosa fuerza (en crear) que procede sólo del deseo y permisión. Cuando preparas o anticipas de forma positiva tus pensamientos, la cantidad de acción requerida es mucho menor y la acción más satisfactoria. Si no dedicas tiempo a sintonizar tus pensamientos, necesitarás más acción y obtendrás menos resultados satisfactorios.
En lugar de estar tan preparado para pasar a la acción destinada a conseguir las cosas que deseas, es mejor que, en primer lugar, las pienses para que sean; visualízalas, espéralas y serán. De ese modo serás guiado, inspirado o conducido a la acción perfecta que atraerá el proceso que te llevará a lo que estás buscando… y hay una gran diferencia entre lo anterior y lo que hacen la mayor parte de los personas.
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