¿Has perdido la ilusión por cosas que antes disfrutabas?
¿Sientes que el futuro es negro y no tienes esperanza de que las cosas mejoren?
¿Estás durmiendo demasiado y te cuesta levantarte de la cama?
¿Estás evitando a tus amigos y familiares? ¿Pasas cada vez más tiempo solo?
¿Tienes un nivel de energía muy bajo y te cuesta hacer hasta las más pequeñas tareas como cocinarte algo de comer?
Si has contestado a dos o más preguntas de las anteriores con un “si” quizás estés sufriendo depresión. Todos pasamos momentos peores a lo largo de la vida, pero la depresión es un sentimiento más intenso, es la sensación de sentirnos atrapados, de no ver ninguna luz al final del todo. De sentir en lo más profundo de nuestro ser “no puedo más” “simplemente no puedo”, y a menudo recibir poca comprensión desde el exterior y sentir que estamos fallando más pero aún así no podemos salir de aquí. Nos dicen “si realmente estás tan mal, ¿por qué no haces algo para salir de ahí?” y es muy difícil entender que se siente que no se puede. Pero sí se puede, hay una salida.
- Lo primero de todo es ir a tu médico de cabecera y contarle los síntomas que tienes. Él te puede recetar lo que considere adecuado, y te puede remitir a un psicólogo para ayudarte.
- Aliméntate y nutrete bien, aunque no te apetezca cocinar o comer, pero tu cuerpo necesita todos esos nutritientes para sentirse mejor. Sino a tu nivel de energía bajo debido a la depresión, se le unirá la sensación de debilidad debida a no comer. Si no te encuentras con fuerzas pide a algún familiar o amigo que te ayude, que te traigan alguna comida preparada o incluso busca una empresa de “tuppers a domicilio”, comida casera como la de mamá pero a la puerta de tu casa. Picando aquí puedes ver un ejemplo de lo que me refiero. Desde 3,75€ puedes pedir diferentes platos y te ayudarán a cuidarte y sentirte mejor.
- Ejercicio: no te estoy sugiriendo que vayas al gimnasio 4 veces por semana o te apuntes a clases de zumba, aunque sería ideal, pero sé que al principio cuesta mucho. Empieza por dar pequeños paseos, unos diez minutos vale, luego puedes ir aumentando el tiempo. Date un paseo, estira tus piernas, mueve los músculos, respira profundamente, mira hacia el cielo.
- Busca un lugar verde: cuando te sientas angustiado en casa, cuando no puedas más, o lleves todo el día dandole vueltas a la misma cosa, sal fuera y vete a tu “lugar verde”, un parque, un jardín… que tengas cerca. Al principio quizás no seas capaz de valorar la belleza de tu alrededor, pero poco a poco la naturaleza te irá haciendo bien.
- Escucha música clásica. La música clásica puede ser triste, alegre, fuerte, rápida o lenta. Elige la que más te guste, ponla de fondo y disfruta de los beneficios que tiene escuchar música clásica.
- No tomes ninguna decisión rápida, tómate tu tiempo, no dejes el trabajo, no rompas relaciones, no te mudes o no desaparezcas. Espera a sentirte más tranquilo y entonces toma tu decisión.
- Haz un plan semanal. Este es un punto importantísimo, necesitas tener una estructura, algo que hacer que te haga salir de la cama cada mañana.
- Mantén el contacto con las personas que te rodean, no te aisles. Rodéate de personas que te quieran, déjate sentir su amor y cuidarte. Cuéntales cómo te sientes y lo que necesitarías de ellos. Muchas veces pensamos que las personas no nos van a ayudar, y nos sorprende su respuesta cuando pedimos ayuda. Muchas veces también, no nos han ayudado antes porque no se podían imaginar por dónde estábamos pasando.