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1. Acepta tu situación
El primer paso es analizar dónde o en qué gastamos nuestro dinero y detectar los hábitos y actividades que nos llevan a ello. Hay que saber con la mayor precisión los gastos que vamos a recortar y escribirlos en una lista. Evita juzgarte negativamente por tus hábitos de consumo.
2. Aumenta el ahorro gradualmente
No intentes cambiar todo de la noche a la mañana. Por ejemplo, si decides que en vez de comer fuera de la oficina vas a llevarte la comida en un tupper, comienza gradualmente, primero un día, la segunda semana dos o tres días… y así gradualmente.
3. Descansa y no te agobies
A veces a medida que se aumenta el grado de ahorro puede ser que hay cosas que nos cuesten más y nos saltemos nuestros propósitos. No pasa nada, no te juzgues duramente. Por ejemplo si una semana habías planificado llevarte 4 días la comida y no lo cumples, pues no pasa nada, manten los 3 días y cuando estés más acostumbrado pasas a los 4 por semana.
4. Apunta tus avances
Como el objetivo es ahorrar dinero, lo mejor que puedes hacer es registrar cuánto dinero has ahorrado gracias a los cambios que estás haciendo. Incluso, podrías apartar ese dinero que estás ahorrando para un gasto específico que tengas en mente. Si no haces visible de alguna forma tu avance, puedes frustrarte y pensar que no estás obteniendo resultados.
5. Busca apoyo
Si quieres cambiar hábitos en tu vida para reducir tus gastos, es importante que cuentes con el apoyo de tus familiares, amigos y/o compañeros de trabajo. El entorno en el que te desenvuelves puede impactar grandemente tus esfuerzos, para bien o para mal.
No te sientas mal si tienes que “despedir” a alguien en tu vida para poder realizar un cambio. Por ejemplo, si quieres dejar de fumar es más provechoso alejarte de las personas con quienes normalmente compartes “la hora del cigarrito”. Algunos seguramente se sentirán ofendidos por tu actitud, pero no hay ningún honor en mantener viva una relación que te perjudica. En todo caso, estás ayudando a otras personas con tu ejemplo.
6. No te compares
Si te comparas con otras personas siempre encontrarás que hay quienes están en una mejor posición que tú, y quienes están en una peor posición que tú. No tiene sentido que hagas este tipo de comparaciones porque no te ayudan a seguir avanzando. Lo más probable es que te frustres.