Coach es la palabra inglesa para vehículo y para entrenador. Y, ¿qué es un vehículo, sino una máquina que nos lleva de un lugar a otro?
No nos da respuestas, ni elije nuestro camino o es responsable del rumbo que llevamos en nuestra ruta. El conductor es el que decide a donde quiere ir y que rumbo tomar. Lo mismo es el Coaching.
El coach transporta al cliente (coachee) a su meta, le ayuda que vea el rumbo claramente y examine su vida de forma que esta se convierta en una experiencia que se merece vivir.
Coaching es una forma de auto-descubrimiento. Es una forma de definir mejor nuestros objetivos, descubrir nuestras herramientas y capacidades y ponerlas todas al servicio de la consecución de lo que deseamos.
El coaching establece una relación. Es una conversación entre dos personas donde una de ellas busca una solución a un problema. El coach es alguien con donde las ideas rebotan y vuelven con una solución al cliente. Esta relación requiere ciertas disciplinas fundamentales como son el compromiso, la discreción, honestidad y confidencialidad.
Según la Asociación Internacional de Coaching (IAC), coaching es
- Una forma avanzada de comunicación.
- Ayudar a una persona, organización o equipo a producir un resultado deseado gracias a la co-creación de conciencia y soluciones a los problemas.
- Una tecnología de éxito completamente integrada y personalizada.
Y según la Federación Internacional de Coach (ICF), el coaching.
- Ayuda a establecer mejores objetivos y a cumplirlos.
- Pide al cliente que haga/sea más de lo que hubiera hecho/sido por si mismo.
- Proporciona enfoque para obtener resultados más rápidamente.
- Proporciona herramientas, apoyo y estructura para conseguir más.
En definitiva son herramientas que apoyan el talento y ayudan a hacer aún más competente al que ya lo es.
Uno de los escaparates históricos iniciales del coaching es el deporte, ya que el trabajo de un entrenador se basa en los principios del coaching.
El entrenador deportivo se concentra principalmente en el comportamiento, en la motivación, el estudio de cómo se expresa el cuerpo y la actitud del individuo ante los logros y la derrota, las relaciones interpersonales del equipo, la relación mente cuerpo y en convertir el esfuerzo en diversión.
Hay una frase de Pepu Hernández (seleccionador nacional de baloncesto y campeón del mundo en 2006) que concentra lo que tanto el coachee como el coach tienen que perseguir a la hora de entablar una relación para conseguir un fin:
“Lo aconsejable es guiarse por los gustos, perseguir lo que uno anhela y luego tomar decisiones. Si perdemos la vocación nos anulamos. Quien no se empeña, no gana”.
Esta frase es el leiv motiv que nos tiene que guiar en la relación con el cliente: “quien no se empeña, no gana”. En una relación coach-cliente el empeño es una de las herramientas principales. Quiero hacerlo, luego puedo. Lo que pasa es que a veces confundimos lo que ganamos con lo que nos propusimos inicialmente y cuando vemos el final de la película nos damos cuenta que quizás hemos ganado algo diferente que nos ha cambiado.
El coach acompaña en el camino y durante ese caminar el cliente se va dando cuenta no solo de sus capacidades, sino de cómo se transfiguran sus anhelos, bien en lo que deseaban, bien en algo diferente que les cambia la perspectiva y les ayuda igualmente a crecer.
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