Lo confieso: siempre me creí más feo que un grajo, y más tonto que Abundio. Pero resulta, que con 17 años las mujeres empezaban a cuchichear señalándome; y muchas se acercaban a mí como con curiosidad… Yo me tomaba mal esta curiosidad, como si ellas pretendiesen ver de primera mano un hombre espantosamente feo; y horriblemente tonto.
Lo cierto es que el creerse feo aunque no lo seamos tanto, es algo muy típico de los hombres. A los hombres los demás hombres y nosotros mismos nos parecemos feos y nada atractivos ante el sexo contrario. Esta es una actitud profundamente masculina. Tenemos la costumbre de juzgar la belleza masculina desde nuestra propia perspectiva, y no desde la perspectiva de las mujeres. Así a nosotros todos los hombres nos parecen feos, incluso nosotros mismos nos consideramos feos.
Pero es muy importante aprender a vernos desde los ojos de las mujeres: ellas no miran con ojos de hombres; miran con ojos de mujer. Con el tiempo, yo mismo me di cuenta que resultaba atractivo ante los ojos de muchas mujeres (no todas, nadie es infalible me temo). Además mi carácter tampoco era el de un tonto… o al menos si era un tonto, era un tonto que podía enamorar a muchas mujeres… A día de hoy he aprendido a valorarme correctamente tanto a nivel físico como a nivel mental, y eso precisamente me da una fuerza en el trato con el sexo contrario como yo nunca me hubiese imaginado. En este artículo, cómo ser un hombre atractivo ante las mujeres.
Los hombres, como las mujeres, enamoran con una serie de rasgos, o bien físicos o bien mentales. Analizar, explorar y explotar estos rasgos es un paso fundamental en nuestra metamorfosis que nos llevará de ser hombres con poca autoestima ante el sexo contrario; a ser hombres que van sobrados, y aunque nos pueda rechazar alguna mujer sabemos que esta probablemente lo hizo en un mar de dudas y de deseos contradictorios. Entre ellos están los siguientes rasgos:
1. Si somos atractivos caminando por la calle, ya tenemos mucho hecho con las mujeres. En lo personal, es raro la vez que salgo a dar un paseo por mi ciudad y no coqueteo con la mirad con al menos 1 o 2 mujeres. Son mujeres de todos los tipos y condición, me encanta jugar con la mirada, y a veces he mantenido la mirada fija en la chica hasta que esta ha llegado a mi altura, medio babeando… Y yo al final la he retirado con indiferencia, como diciendo “lo siento nena, estás bien pero no te daré la oportunidad de conocerme…”.
2. Y seguimos caminando por la calle… El vestir molonamente, con un vestuario que nos resalta nuestra masculinidad, es fundamental. Además, el caminar con seguridad, y el movernos con seguridad, nos da una fuerza ante el sexo contrario que es rotunda y tremenda. Los movimientos seguros y algo chulescos suelen enamorar a las mujeres. Siempre delicados, pero siempre decididos.
3. El cuerpo y la altura es importante. En España la media es para hombres 1,78 (hombres jóvenes y desarrollados). La altura atrae mucho a las mujeres, por eso es conveniente jugar con los tonos de la ropa, y con el calzado, para que nuestro cuerpo parezca bien formado,cuerpo de hombre con hombros algo anchos, y con caderas algo más estrechas, con glúteos firmes aunque menos llamativos que los de las mujeres. La altura no es lo más importante, pero conviene que nuestro cuerpo se muestre como bien desarrollado y estilizado. Que nadie bajito se crea que va a resultar menos atractivo por eso, la cantidad de mujeres bajitas que me han enamorado a mí… Es más bien una cuestión de que nuestro cuerpo luzca espléndido y bien formado, independientemente de nuestra altura y complexión. Elegir bien la ropa es fundamental.
4. Tener una bonita cara con una bonita sonrisa y unos bonitos ojos es fundamental… ¿Y se supone que podemos cambiar nuestra cara….? Sí, la cara puede llegar a cambiar según cambia nuestra actitud. Parece mentira pero es completamente cierto: yo hace 7 años (en mi época de friki insociable) tenía una cara mucho más enjuta y fina; ahora tengo una cara más ancha y simpática, con una bonita sonrisa y con un semblante de ser siempre simpático. Ahora ligo tanto que mi problema no es más que tener que elegir una chica de entre un enorme pelotón de ellas… Si cambiamos nuestra actitud hacia más positivo, si tenemos siempre las mejores intenciones hacia los demás, si aprendemos a ser simpáticos, optimistas, nada egoístas, sinceros,… irónicamente eso se reflejara en una cara más amplia, más hermosa, más sociable (se necesita un poco de tiempo, pero cambiar la actitud hacia una actitud más positiva, es algo que nos abrirá muchas puertas… e increíblemente nos hará tener una cara más atractiva).
5. Ser coquetos es una pieza clave de los hombres atractivos. La coquetería es una actitud de doble sentido: nos sentimos nosotros mismos atractivos y deseados, tanto en carácter como en cuerpo; y además, sentirnos de este modo, dispara automáticamente nuestras ganas de “jugar” con el sexo contrario, de lanzar tiernas y traviesas miradas, ligeramente sostenidas; de jugar con nuestras manos, tocando distintas partes del cuerpo de la mujer (la cara, el hombro, las manos,…); de movernos algo coquetamente, como si estuviésemos algo inquietos, como si tuviésemos tanto que hacer que no sabemos si irnos ya de ahí o seguir jugando con esa mujer; de mover nuestras caderas con cierta gracia, de movernos nosotros mismos con esa tremendasensación de seguridad mientras hablamos coquetamente con la chica,…
6. La conversación es fundamental. Casanova era capaz de enamorar con su conversación a cualquier mujer en 15 minutos. Yo creo que incluso se puede reducir a 2 minutos. Si a una mujer la haces vibrar con tu conversación en 2 minutos, ya es una mujer que te amará. Y claro: es fundamental escuchar. A las mujeres les encantan los hombres que saben escuchar; pero que no se quedan ahí y luego saben dar la réplica necesaria a lo que ha contado la mujer. Entenderla, comprenderla, que esta se sienta entendida, que esta se siente protegida por un espíritu varonil… Ese fue el gran secreto de Casanova, que primero solía empezar escuchando; y luego en un puñado de minutos, con su fino análisis psicológico, con su personalidad encantadora, con su capacidad para hacer sentir a la mujer acogida en su conversación… fue capaz de enamorar a cientos de mujeres.
7. Y sobre todo, ámate a ti mismo por encima de todas las cosas, y a Dios como a ti mismo. Dios para mí es el arte, es la belleza, es la bondad, es lo mejor del espíritu humano… No es un tirano trascendente, como para el catolicismo. Si tú te quieres a ti mismo, si tú te aprecias, aprecias tu vida, aprecias tus aficiones, aprecias tu trabajo, aprecias tu físico, aprecias tu estilo, aprecias tu trato con los demás, te quieres, te sientes enamorado de ti mismo, te sientes con confianza, te sientes que eres capaz de seducirte a ti mismo, te sientes con un cuerpo atractivo, y eso te lleva a ser coqueto contigo mismo, como si fueses tan atractivo que te gustases hasta ti mismo… Si eres capaz de ser de este modo, tu problema no será que no encuentres mujeres que te amen: tu problema será que te amarán tantas que tendrás que elegir.Luego viene la vida en pareja, y precisamente la única forma que tenemos para ser seductores entonces, es que sigamos queriéndonos tanto como antes, cuando no teníamos pareja. De alguna manera los hombres verdaderamente seductores son los que se seducen a si mismos, y los que disfrutan con el propio magnetismo que desprende su propio físico y su propia personalidad.
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