Es importante señalar que el Counselling parte de la premisa de que todo sujeto posee latentes en su interior muchas capacidades y recursos que pueden salir a la luz si se dan las condiciones necesarias. Y este tipo de relación de ayuda brinda estas condiciones necesarias para que el individuo afronte sus procesos vitales, entre ellos, su enfermedad, con la máxima disponibilidad de recursos y capacidades. En Terapia Ocupacional, también centramos nuestra atención en los recursos y apoyos como punto de partida que guía la intervención.
Otro cambio determinante en la concepción del “enfermo” en la actualidad es el de considerarle y tratarle como responsable de todo el proceso que está viviendo. Responsable no como culpable, sino como protagonista, persona que se hace cargo del proceso y toma las decisiones que determinan el curso de dicho proceso con el asesoramiento o consejo (como a veces se traduce el Counselling) del profesional especializado. Del enfoque paternalista que incitaba a “curar” al “paciente” aún en contra de su voluntad, hemos pasado al enfoque humanista en el que el “cliente” tiene derecho a elegir qué hacer con su vida y con su salud. En las últimas décadas, la ética ha dado un giro importante dotando de gran protagonismo al principio de autonomía, por delante incluso del de beneficencia.
Fomentar el ejercicio de esta autonomía es la meta principal de las intervenciones desde Terapia Ocupacional y desde Counselling; autonomía no solo en las actividades de la vida cotidiana sino también en la toma de decisiones, tanto cotidianas como trascendentales. El terapeuta ocupacional debe ser un facilitador y ayudar al paciente a ser en todo momento el protagonista de su propia vida.
Desde Terapia Ocupacional disponemos de tres instrumentos básicos de intervención para alcanzar nuestro objetivo de aumentar la autonomía y calidad de vida del usuario:
- La actividad terapéutica con propósito
- La modificación de entorno y el asesoramiento y entrenamiento en productos de apoyo
- El uso terapéutico del “YO”
El uso terapéutico del yo es la habilidad del terapeuta de ser consciente de sí mismo y del paciente y hacerse cargo de lo que este comunica. Es tan importante como las técnicas y conocimientos y muchas veces marca la diferencia entre el éxito y el fracaso en un tratamiento. Al intervenir utilizando terapéuticamente nuestro “YO”, aparece el Counselling como una herramienta valiosa que ayuda al terapeuta a trabajar de una forma más eficaz para alcanzar el objetivo final con el menor coste personal posible. Desde el Counselling, el terapeuta utiliza su “YO” auténtico, congruente, empático e incondicional “facilitando” conocimientos, instrumentos, técnicas, habilidades, sugerencias, alternativas… tanto al usuario como a su entorno. “Facilitar” es el verbo que resume la tarea del terapeuta mientras que “conducir” sería la tarea básica del usuario; conducir su proceso, sus cambios comportamentales, su salud y sus decisiones con respecto a ella.
Hay que entender que la salud es un derecho, no una obligación. Eso ayuda al terapeuta a comprender su responsabilidad en el proceso terapéutico y a evitar la sobreimplicación.
Beatriz Tierno