No se reconoce una única causa para el Alzheimer, ya que existen diferentes factores de riesgo, tanto genéticos como ambientales, y de su combinación dependerá el inicio de la enfermedad.
Los principales factores de riesgo estudiados son:
- La edad: cuanto más mayor es la persona, más probabilidad hay de padecer el Alzheimer.
- Genética: la probabilidad de desarrollar la enfermedad si alguno de tus padres la sufrió aumenta.
- Nivel educativo: parece que la estimulación cognitiva mejora la plasticidad neurológica, y disminuye el riesgo de padecer la enfardad.
- Traumatismo cerebral.
- Estilo de vida: alcoholismo, tabaco, consumo de drogas.
- Dieta y nutrición: parece ser que las dietas basadas en altos contenidos calóricos, con elevado consumo de productos ultra procesados y ácidos grasos saturados, pueden aumentar el riesgo de padecer Alzheimer.
Hay algunos factores de riesgo que no podemos evitar, como puede ser la edad o nuestra herencia genética, pero hay otros en los que podemos incidir para reducir las probabilidades de desarrollar el Alzheimer, como puede ser evitar el estilo de vida sedentaria, llevar una vida sana y una alimentación equilibrada.
Y es aquí donde entra el libro de este mes escrito por Amy Berger, una especialista en nutrición, que postula que el Alzheimer es el resultado de una escasez de combustible en el cerebro: a medida que las neuronas se vuelven incapaces de aprovechar la energía de la glucosa, se atrofian y mueren, dando lugar a síntomas clásicos como pérdida de memoria y cambios de comportamiento.
Esta obra revolucionaria y esperanzadora asegura que el Alzheimer se puede prevenir, retrasar y hasta revertir. Forma parte de una tendencia, cada vez más extendida, que relaciona esta enfermedad con la diabetes.
Para combatir este problema metabólico, la autora recomienda una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas saludables. Además, propone cambios en el estilo de vida, al tiempo que analiza temas tan interesantes como el colesterol bueno, la falta de sueño o el estrés.