El llamado “detector de mentiras” o “máquina de la verdad” se basa en detectar algunos de los cambios fisiológicos que acompañan a los cambios emocionales. La ansiedad aumenta la perspiración en la piel, eso deposita sales en la misma y aumenta su conductividad eléctrica, que se mide haciendo pasar una corriente entre dos electrodos colocados sobre la piel. La ansiedad también aumenta la frecuencia de la respiración, esta se mide con una banda colocada alrededor del tórax, y la frecuencia cardiaca, que puede medirse registrando el pulso en un dedo. Se supone que cuando el sujeto miente se produce ansiedad, que se reflejará en cambios en las variables registradas.
Hay que tener en cuenta que el detector no mide realmente la “verdad” o “mentira”, sino los cambios fisiológicos que acompañan a las emociones. Un sujeto con un alto grado de autocontrol puede conseguir suprimir sus emociones aunque esté mintiendo, y al contrario, un sujeto puede sufrir ansiedad solo por el hecho de ser interrogado, aunque diga la verdad. Se admite que el detector es más fiable en los negativos que en los positivos, es decir, si el detector indica que el sujeto está diciendo la verdad es muy probable que así sea, en cambio, si indica que miente es mucho menos seguro.
Un comentario
Esta es una clara la explicación sobre el funcionamiento del polígrafo; actualmente es muy usado especialmente para temas jurídicos pero la realidad es que es tomado como un método eficaz para conocer la verdad.