Nos apegamos a las personas porque tenemos miedo de no poder sobrevivir independientemente. El apegarnos tiene que ver con la necesidad de seguridad, de manejar el miedo. Marcamos territorio, creamos un hogar, nos damos de comer mutuamente y nos cuidamos. Nos ocupamos de estar próximos, compartimos tareas y tenemos comportamientos de compañerismo. El apego parece ser que surgió para mantener a la pareja el suficiente tiempo como para poder cuidar de los descendientes y definir las funciones para ello. Cuanto más encaja la plantilla de búsqueda instintiva de base de tu cerebro con una persona mas te sentirás atraído por ella. Esto se traduce en que te sientas más románticamente enamorado y por ello mas vulnerable a desarrollar un caso de síndrome de trauma de amor si no la consigues.
En las investigaciones recientes se ha visto que los sentimientos de apego tienen que ver con los niveles de la hormona oxitocina y vasopresina. Mientras que el deseo sexual motiva al individuo al apareamiento sin ser muy selectivos, el apego hace que se sea más selectivo y se elija al individuo enfocando la atención y dedicando tiempo y esfuerzo a conocerse con el fin de construir una relación de futuro. El fin del instinto de autoconservación tambien tiene que ver con la posibilidad de tener descendencia. Cuando se ha creado un vínculo sólido se pueden criar a los descendientes con seguridad.
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