Creo firmemente que TODOS tenemos que trabajarnos a nuestro niño interior herido para ayudarle a liberar el dolor de las cicatrices del pasado y sanarlo con AMOR.
El niño interior simboliza o representa esa parte nuestra que se escondió detrás de una máscara, nuestra personalidad, para que no le hicieran daño. Dejo de ser si mismo para fingir ser lo que los demás esperaban de el con lo que su autentico ser, su niño interior divino, se escondió en lo más profundo de su ser.
Sanar al niño interior supone, entenderle, ayudarle a liberar la tristeza, la soledad, el enfado, y los diferentes miedos que tuvo que manejar, como pudo, porque nadie le enseñó a regular sus emociones dolorosas. Por eso las bloqueo y estas salen a sorprendernos cuando en los momentos de más estrés nos desbordamos emocionalmente, nos sentimos como bebés, niños, o adolescentes. Nos comportamos como lo hicimos en la etapa de desarrollo donde nos hemos quedado bloqueados. Esto es porque a lo largo de nuestro desarrollo vamos pasando por etapas que requieren que aprendamos cosas y si no lo hacemos entonces nos condiciona hasta que lo hagamos.
La buena noticia sin embargo es que nunca es tarde para sanar nuestra infancia, nunca es tarde para aprender lo que no hicimos en su momento porque nuestro cerebro siempre vive en presente y desde el presente podemos liberar las heridas del pasado.
Para ello hemos creado el taller residencial “Abraza a tu niño interior” basado en el libro del mismo título que tendrá lugar dos veces al año.
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