Es importante que reconozcas el poder del momento presente en el tiempo, puesto que atraes o invitas a tus experiencias a las demás personas con las que te relacionas: aquellos que te rodean cuando conduces, la gente con la que tropiezas cuando estás comprando, la que ves al caminar, los temas de los que hablan los otros contigo, la forma en que te tratan en un restaurante, el camarero que te ha tocado que te sirva, el dinero que fluye a tu experiencia; tu aspecto físico y tu estado de salud, las personas con las que sales (esta lista podría seguir hasta incluir todo lo que hay en tu vida). La finalidad del Proceso del Segmento de la Intencionalidad es dirigir claramente tu pensamiento hacia aquellas cosas que quieres experimentar identificando los elementos que son más importantes para ti en este segmento concreto de tu vida.
Por ejemplo, cuando te levantas por la mañana, estás entrando en un nuevo segmento. El tiempo que estás despierto en la cama antes de levantarte es un segmento; el que empleas para prepararte para tu siguiente actividad es un segmento… Cuando entras en tu coche, es otro segmento y así sucesivamente.
Siempre que te das cuenta de que pasas a un nuevo segmento de tu vida, si te detienes un momento y expones en voz alta o mentalmente lo que más deseas, a medida que vayas avanzando en ese segmento, gracias a la poderosa Ley de la Atracción, empezarás a solicitar pensamientos, circunstancias, acontecimientos e incluso conversaciones o acciones de otros que estarán en armonía con tu intención.
Cuando te das cuenta de que estás entrando en otro segmento y avanzas identificando tus principales intenciones en él, evitarás la confusión de ser arrastrado por la influencia de los demás o por la confusión de dejarte llevar por tus nada deliberados hábitos de pensamiento.
Por ejemplo, cuando suena el teléfono, al descolgar puedes decir: «Buenos días». Y cuando oyes quién es, dices: «Hola, un segundo por favor», y te dices a ti mismo: ¿Qué es lo que más deseo conseguir de esta conversación? Quiero elevar a la otra persona. Que me entienda y que sienta mi influencia positiva en la dirección de mi deseo. Que mis palabras la estimulen y entusiasmen. De hecho, quiero que esta conversación tenga éxito. Entonces, cuando vuelves a ponerte al teléfono, ya estás preparado. Y ahora la otra persona responderá mucho más acorde con lo que deseas, que si no te hubieras tomado tu tiempo.
Cuando alguien te llama, sabe lo que quiere. Por eso, has de tomarte unos segundos para identificar qué es lo que tú quieres. De otra forma, por el poder de su influencia podrá obtener lo que desea y tú no.
Si quieres y esperas recibir el objeto de tu intención, así será. Pero si no dedicas un tiempo a pensar en lo que quieres, estás atrayendo, por la influencia de otros o por la de tus propios hábitos antiguos, todo tipo de cosas que puede que no desees. Estamos de acuerdo en que atraes cosas por accidente o por defecto que te gustan, al igual que hay cosas que también atraes, no intencionadamente, pero sí por defecto, que no te gustan; pero no es muy satisfactorio atraer por defecto. La verdadera felicidad de la vida se encuentra en la Creación Deliberada.
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