Mientras sigas llevando a tus espaldas … rencor, dolor, resentimiento , rabia, enojo… no va a ser posible que puedas avanzar ligera.
Estaba asomada a la ventana, cuando la ví salir. Iba muy cargada, llevaba una mochila grande y pesada.
Mi amiga me contó que iba a recorrer un largo camino y ese era su equipaje… aunque era su objetivo ir dejándolo por el camino.
Me quedé alli, hasta que la perdí de vista y ciertamente… su mochila le encorvaba la espalda.
Empezó a caminar … y se adentró en un sendero lleno de matorrales. Notó un leve ruido, que le hizo ponerse alerta …
-¿Quién es ? – Soy yo : El Miedo
– ¿Qué quieres? – Acompañarte
– ¡De acuerdo!. Dame tu mano. Necesito conocerte.Va a ser largo mi camino.
Mi amiga y el Miedo, caminaron una junto al otro, durante algún tiempo. Compartieron mucho camino y muchas vivencias.
Una mañana, mi amiga le dijo: Aquí te voy a dejar, si alguna vez vuelvo a encontrarte, ya te reconoceré… Gracias por tu compañía!.
Y siguió caminando. Llevaba sola mucho tiempo, cuando desde un risco, divisó un hermoso valle, lleno de flores multicolores , árboles y pájaros y … empezó a descender ,quería llegar a ese lugar tan acogedor, pero se encontró con un río que bajaba bravo y que le impedía cruzar al otro lado. Lo intentó, pero no pudo ser. Mi amiga se sentó a pensar que posibilidades tenía, pero eran pocas, en ese momento. Se apoderó de ella un enorme enojo y notó a su lado una clara presencia.
-¿Quién eres?
– Soy yo: El Enfado
-Déjame en paz
-No. Permíteme que te acompañe. Me sentaré a tu lado.
Mi amiga, se levantó y empezó a arrojar piedras al río, con tanta rabia, que quedó exhausta… Al poco rato se quedó dormida en brazos de el Enfado.
Al despertar, le buscó… pero se había ido. Comenzó a llorar desconsoladamente, y al levantar la vista, sintió una nueva presencia.
Esta vez, era una nueva compañera: La Tristeza… Recogida y triste, mi amiga, se dejó acompañar por ella… El sendero serpenteaba, junto al río. Al llegar a un recodo, el río bajaba calmado, hacía un remanso, tranquilo. Se estrechaba, plácidamente. Unas piedras estaban colocadas, de tal manera que le permitieron cruzar al otro lado.
Alborozada y feliz, empezó a correr, hacía el valle, lleno de florecillas. Había un precioso lecho de hierba mullida, dónde se tumbó, mirando al cielo. Y allí la vio, sonriente… Sí, era ella !!
La Alegría.
– ¿ Te quedarás conmigo a disfrutar de todo esto? le preguntó.
– ¡Claro! Yo también quiero acompañarte.
Estuvieron mucho tiempo juntas, jugando y riendo, hasta que un día …
Mi amiga, dejó el valle, y volvió a su camino. Se sentó a descansar, ya había caminado mucho. Y entonces empezó a pensar.. por dónde seguiría , qué haría, qué le depararía ese camino, a dónde la llevaría ? . Y de pronto… Zas !!! . Ahí estaba, enfrente de ella, grande y potente. Era : La Preocupación.
– ¿ Y ahora que hago? – le preguntó .
– No te preocupes… Simplemente, ¡ocúpate !
Mi amiga le sonrió agradecida. Buscó su mochila, para continuar … pero no la encontró. No estaba ! .Había desaparecido !. Empezó a caminar erguida y ligera y notó algo que la acompañaría siempre. Una sensación… Había crecido !
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¡De verdad es tuyo? ¿Lo has escrito tú? Es muy bonito. Siento no haberlo leído antes. Eres una professsional!!!
María, es hermoso. Gracias por compartirlo con nosotros. A veces es complicado ver la sencillez de la vida. Gracias