La grafología es un buen aliado cuando un psicólogo se dedica a la clínica. En todas las sesiones nuestro cliente nos supone un reto, no siempre se consigue comunicar con él, ni se puede ser efectivo aplicando una determinada terapia ante una misma situación aparentemente igual. No todo sirve para todos. La individualidad impregna cualquier relación entre cliente y psicólogo.
Nos dirá qué tipo de persona tenemos enfrente cuando analicemos su firma, la localización de ésta en el papel y su situación con respecto al texto. Cómo se relaciona con los demás, lo sabremos por su letra. Al interesarnos que la firma no sea aislada sino que forme parte del conjunto de su escritura, y como son tantos los pensamientos que tienen que materializar en el papel, firmar no será un esfuerzo añadido.
A partir de aquí sólo necesitamos tiempo para enmarcar su personalidad, saber si puede haber patología física o psicológica y, sobre todo, conocer su capacidad de afrontamiento. Nos ayudará a la hora de elaborar un camino de salida al conflicto de nuestro cliente.
Si en todas las terapias, la Grafología es un método de ayuda, en la terapia de pareja, su aportación es fundamental, ganaremos tiempo a la hora de conocer las personalidades de sus componentes y la forma de relacionarse entre ellos.
Os recomiendo este libro, que es muy práctico y útil “Grafología Analítica“.
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