La ley de la atracción

Es la ley más poderosa del Universo. Tienes que comprenderla para que cualquier cosa que experimentes en primera persona, o que veas que experimentan los demás, tenga algún sentido. La Ley de la Atracción influye en tu vida y en la de las personas que te rodean. Es la base de todo lo que se manifiesta, de lo que llega a tu experiencia.
La Ley de la Atracción dice: todo objeto atrae aquello que se asemeja a sí mismo. Cuando dices «Dios los cría y ellos se juntan», en realidad estás hablando de la Ley de la Atracción. Tienes prueba de ello cuando te levantas un día deprimido, y luego durante todo el día las cosas no hacen más que empeorar, hasta que al final dices: «No tenía que haberme levantado de la cama». También puedes verlo en la sociedad cuando la persona que más habla de enfermedades está enferma y la que más habla de prosperidad goza de ella. La Ley de la Atracción también es evidente cuando con el dial de la radio sintonizas, por ejemplo, la frecuencia 630 AM, porque sabes que las señales radiofónicas entre el centro de transmisión y tu aparato de radio han de ser idénticas.
Cuando empieces a comprender esta poderosa Ley de la Atracción, las pruebas serán evidentes, porque comenzarás a reconocer la correlación exacta entre lo que has estado pensando y lo que se ha manifestado en tu vida. Nada aparece porque sí en tu experiencia. Lo atraes todo. Sin excepción.
Puesto que esta Ley responde a tus pensamientos, sería correcto decir que estás creando tu propia realidad. Todo lo que experimentas lo atraes gracias a que la Ley de la Atracción responde a los pensamientos que has estado proyectando. Tanto si recuerdas algo del pasado como si observas algo en el presente o imaginas el futuro, el pensamiento en que te enfocas en tu poderoso presente ha activado una vibración en tu interior y la Ley de la Atracción responde ahora.