La Psicología Positiva parte de un gran supuesto: que hasta ahora, sobre todo después de la II Guerra Mundial, la Psicología ha estado exclusivamente centrada en el sufrimiento humano, en los aspectos negativos o patológicos del ser humano, ?en reparar el daño, dentro de un modelo médico del funcionamiento humano?, tal y como señalan Seligman y Csikszentmihalyi (2000) y recoge Vera (2006). La Psicología Positiva pretende ser un nuevo enfoque de la Psicología. Este es un punto importante, aunque algunos autores piensen lo contrario (Vázquez, 2006). No sólo es una ?discusión nominalista? el hecho de que se haya recurrido a una etiqueta fundacional para centrarse en cuestiones que, como vamos a ver, no son en absoluto novedosas.
La presuposición de que hasta ahora la Psicología ha estado centrada exclusivamente en lo negativo y no se ha centrado en los aspectos positivos de la persona es, cuando menos, exagerada. ¿Cuál es la evidencia que apoya esa afirmación?
En primer lugar, empecemos por reconocer que muchos de los contenidos ahora subsumidos en el movimiento de la Psicología Positiva, incluyendo la investigación sobre el bienestar subjetivo, han sido desarrollados durante décadas (Held, 2002).
Los contenidos de la Psicología Positiva tienen también gran coincidencia con los de la psicología humanista. De hecho, ya hay autores que reclaman la Psicología Positiva como una parte de la psicología humanista (Greoning, 2004). Sin embargo, la Psicología Positiva ha querido distanciarse de ella desde el principio aludiendo a la adopción del método científico por parte de la Psicología Positiva y al fracaso de la psicología humanista para acumular evidencia empírica.
La Psicología Positiva se ha apropiado, por ejemplo, del concepto de resiliencia o crecimiento postraumático como si no se hubiera dicho nada al respecto antes de ella, o como si lo dicho anteriormente no fuera valioso. De hecho, yendo más allá de temas o trastornos concretos: ¿no podrían ser tantas técnicas conductuales consideradas como algo más que ?remediales?? El entrenamiento en resolución de problemas, en habilidades sociales, en asertividad, en inoculación de estrés, en autoinstrucciones, en autocontrol, etc. ¿Qué son sino la implementación y/o potenciación de recursos y fortalezas del sujeto? De hecho, ¿puede el psicólogo clínico trabajar centrándose en y potenciando otra cosa distinta que los recursos del sujeto? Como señala Held (2002), ?después de todo, la empresa terapéutica puede ser descrita (quizás de forma algo superficial, pero no errónea) como el intento de hacer la proverbial limonada con los limones que te da la vida. En otras palabras, si nuestra concepción de la psicopatología incluso en los términos más convencionales, no nos permitiera al menos algún potencial para el crecimiento y la salud, ¿cómo podría cualquier noción de psicoterapia obtener ese potencial (como lo hace, por lo menos la mayoría)??.
Es decir, de una u otra manera ?la Psicología Positiva ha estado siempre con nosotros? (Linley, Joseph, Harrington y Wood, 2006). Parece, pues, que no es tan evidente ese punto de partida tan repetido, el interés exclusivo de la Psicología anterior en los aspectos negativos y el sufrimiento humano, ni parece que la Psicología Positiva represente un cambio de paradigma -como pretende- a pesar de que, como señala Lazarus (2003b), ?creo que los psicólogos positivos están continuamente felicitándose a ellos mismos por haber descubierto ellos solos los rasgos positivos del carácter?.
Me detengo un momento para hacer explícito mi reconocimiento de que, más allá de su intención de parecer nueva o de despreciar lo existente, sin duda la Psicología Positiva pretendía con esta idea señalar que lo bueno no es sólo lo contrario de lo malo (?todavía la Psicología Positiva no tiene suficientes resultados empíricos como para convencer a los escépticos de que lo positivo es algo más que la ausencia de lo negativo?, dicen Peterson y Park, 2003) y atraer la atención hacia las limitaciones del modelo médico (Cowen y Kilmer, 2002). Sin embargo, como hemos visto, no toda la Psicología anterior, ni siquiera toda la psicología clínica, asumía ese modelo ni trabajaba desde él. La Psicología Positiva parece no haber prestado suficiente atención al interés previo de la Psicología por los elementos positivos de la vida humana (Harvey y Pauwels, 2003).
Artículo escrito por María Prieto Ursua (2006) – Clínica y Salud v.17 n.3 Madrid. Departamento de Psicología. Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
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