Victoria Cadarso Team

Las 10 formaciones básicas que un terapeuta debería tener

Cuando nos dedicamos a ayudar o acompañar a una persona en su proceso de cambio y de mejora, no importa el tipo de terapia que hagamos (psicológica, espiritual, energética, alternativa…), siempre es necesario que tengamos unas ciertas habilidades y una formación para poder acompañar a nuestro cliente por las diferentes fases que irán surgiendo.
Por ejemplo un nutricionista que no tenga conocimientos de cómo las emociones influyen en la dieta que tenemos estará obviando un factor importantísimo en el peso. No podemos pedirle a una persona que deje de comer cuando es la única manera que tiene para rebajar su ansiedad. ¿No será más eficaz ayudarle a manejar la ansiedad para que pueda comer con normalidad?
A menudo en una sesión de Reiki o de Masaje Metamórfico, dos técnicas muy potentes para equilibrar la energía del organismo y sanar cosas de nuestro pasado que se han quedado bloqueadas, tienen lugar “abreacciones” que son descargas de emoción muy intensas, ligadas a esos recuerdos normalmente dolorosos del pasado que estaban bloqueados. La abreacción en sí, aunque generalmente está acompañada de llanto y tristeza, no es negativa, es parte del proceso de sanación pero es de vital importancia que el terapeuta sepa contener al cliente y manejar esa descarga de emoción, pues si no sería como abrir una vieja herida y dejarla abierta sin los cuidados médicos necesarios.
También los psicólogos necesitan una formación complementaria a lo estudiado en la carrera de Psicología, donde en muchos casos solo se entra en contacto con una rama de la psicología (cognitivo-conductual en la mayoría de las facultades españolas) y donde existe un vacío de herramientas prácticas para poner en marcha en una consulta y poder ayudar verdaderamente a un cliente. Un psicólogo que obvie los síntomas físicos y solo se centre en los psicológicos estará perdiendo una importante y rica información que aporta nuestro cuerpo y que es estudiado por la Psicosomática.
Aquí va lo que para mí es el listado básico de la formación que cualquier terapeuta debe tener:

  1. Capacidad de escucha activa. Parece fácil ¿verdad? Y la realidad es que pocas personas saben escuchar verdaderamente, de forma empática, aceptando incondicionalmente al cliente, con sus vivencias y sentimientos particulares. Carl Rogers desarrolló la terapia centrada en el cliente, que se basa en escuchar activamente desde la aceptación incondicional y empatía, también llamado Counseling y que aprender a hacerlo es un arte y es el principal ingrediente para que cualquier terapia funcione.
  2. Inteligencia emocional, un concepto que aunque ya existía se dio a conocer por el libro del mismo título de Goleman y que ahora tan de moda está entre los Coaches. La inteligencia emocional se refiere a la habilidad para percibir, comprender y saber regular nuestras propias emociones y empatizar con las de los demás. Es fundamental ayudar a nuestros clientes a comprender y manejar sus emociones.
  3. Bases de Neurociencia para poder entender cómo funciona nuestro cerebro, cómo procesamos la información de las experiencias que vivimos, cómo esa percepción de la realidad nos afecta en cómo nos sentimos y por tanto cómo reaccionamos.
  4. Herramientas de Coaching que son procedimientos para ayudar a la persona a conseguir sus metas y objetivos, y poder desarrollar su auténtico potencial.
  5. Conocimiento de la influencia que la infancia y el pasado tiene en nuestro presente. Saber trabajar con nuestro Niño Interior para satisfacer las necesidades que se quedaron inconclusas en el pasado y nos dificulta sentirnos plenos a día de hoy.
  6. Eneagrama como teoría de la personalidad para entender cómo se forma la personalidad, qué motiva a las personas, qué mecanismos de defensa utilizamos, cómo nos relacionamos con los demás, cómo afrontamos los conflictos…
  7. Técnicas de estabilización emocional para cuando el cliente se sienta desbordado por las emociones, debemos poder ayudarles a que regulen por sí mismos sus emociones y puedan sentirse estables y tranquilos. Para mí la mejor técnica de estabilización es la Técnica de liberación emocional (EFT) para liberar emociones negativas como la ansiedad, la frustración, la culpa, el odio, la tristeza…
  8. Somatización de emociones para entender que los síntomas físicos son una luz de alarma de algún tema emocional que requiere atención. ¿Qué nos quiere decir una úlcera en el estómago? ¿Por qué tenemos problemas en la garganta cuando nos cuesta decir lo que necesitamos o expresar lo que no nos gusta? Solucionar únicamente el síntoma físico sería como tomar un ibuprofeno para quitar la fiebre sin quitar la infección que la está causando.
  9. Formación en relaciones, ya que somos seres relacionales y las relaciones es el ámbito central de nuestras vidas: la familia, la pareja, los amigos, el trabajo. Es importante entender cómo se establecen las relaciones de pareja, cómo vivimos la sexualidad, porqué repetimos patrones en las relaciones. El Análisis Transaccional es probablemente la teoría que mejor lo explica y que aporta herramientas prácticas para mejorar nuestras relaciones.
  10. Manejar los duelos. No por ser la última es la menos importante pues con “Duelo” no nos referimos solo a la muerte de un ser querido, sino a cualquier situación de pérdida: un divorcio, un despido del trabajo, un cambio de ciudad o de casa, la pérdida de una amistad, un robo. Saber manejar el dolor que causan las pérdidas que inevitablemente iremos viviendo nos posibilitará llevar una vida más plena.

Estas diez herramientas terapéuticas unidas a un proceso de terapia personal asientan las bases para que una terapia sea efectiva y segura para nuestros clientes. Continuemos avanzando en este camino de la formación continua para mejorar nuestra práctica profesional.
Para más información puedes consultar la página del Instituto de Psicología Energética y Psicoterapia Humanista IPEPH haciendo click aquí

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Un comentario

  1. En la relacion de ayuda se expresan y elaboran los sentimientos: el cliente tiene derecho a poder expresar sentimientos, incluso hacia el teapeuta, y este debe tener las condiciones para manejarlos y dar la contencion necesaria. Aunque el terapeuta tiene que saber dejar sus sentimientos fuera del proceso terapeutico. En la relacion de ayuda no se preguntan los porques, ni se hacen interpretaciones, ya que estos inducirian a culpabilizar a la persona. En su lugar se trata de entender como se produjeron los comportamientos que tuvieron lugar.

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