La teoría de las 9 necesidades relacionales de Richard Erskine nos ayuda a la hora de reconocer cuales son las cosas que anhelamos profundamente cuando nos relacionamos con los demás.
La visión de las personas que nos presenta es de seres en continua relación con los demás y que ven cumplidas sus necesidades más profundas en la relación con el otro. Se trata de necesidades emocionales y psicológicas, y son las siguientes:
1. La necesidad de seguridad: es la sensación sentida de que podemos sentirnos seguros en la presencia del otro y que nuestra vulnerabilidad física y emocional va a ser cuidada. Que el otro se va a relacionar con nosotros con la mejor intención y que no tenemos que temer que nos hagan daño o nos coloquen en situación de peligro. Para que la relación funcione, es imprescindible que primero nos podamos sentir seguros.
2. La necesidad de ser respetado: es sentir que el otro nos considera, respeta nuestra individualidad, entiende que tenemos derecho a ser como somos y que somos una persona digna. Significa que nos van a tomar en serio y van a respetar nuestra forma de ser. Esto no quiere decir que no podamos dialogar y negociar comportamientos que pueden afectar al otro, pero sí respetar considerando lo que somos.
3. La necesidad de que nos acepten y que nos apoyen: es que podamos contar con el otro, que nos acepten como somos y que vayan a estar ahí para nosotros. Es el poder confiar que otra persona se va a portar bien con nosotros, que nos va a apoyar y proteger si hace falta en momentos en que nos sintamos necesitados.
4. La necesidad de sentirnos importantes: es que nos presten atención, que nos dediquen tiempo, que quieran establecer un contacto con nosotros, que se interesen por nosotros, que quieran intimidad con nosotros porque nos quieran conocer mejor.
5. La necesidad de tener a alguien que nos comprenda: es que tenga valores semejantes, que comparta intereses comunes. Es la necesidad de sentirnos comprendidos porque esto nos hace sentirnos seguros. Es necesidad de reciprocidad, que sienta y valore lo que tenemos en común y que tenga experiencias parecidas porque así sabe qué se siente y nos puede entender.
6. La necesidad de tener una identidad única: saber que podemos expresar nuestra propia singularidad sin temer que nos vayan a juzgar, evaluar o criticar. Es la necesidad de autoexpresión, de poder hablar de nosotros mismos y que el otro nos escuche porque tenga interés y curiosidad en conocernos.
7. La necesidad de impactar al otro: se refiere a poder tener influencia sobre el otro porque sabemos atraer su interés. También que se puede dialogar para conseguir influenciar al otro para que lleve a cabo un cambio que sea bueno para la relación. Es poder dejar huella en el otro, no se trata de manipular, sino de convencer.
8. La necesidad de poder expresar afecto y amor, que se puede expresar de muchas maneras y no tienen por qué coincidir: haciendo cosas por los demás, haciendo actividades con los demás, haciendo regalos, diciendo palabras bonitas, mostrando afecto a través del tacto y/o sexo.
9. La necesidad de que el otro tome la iniciativa: de empezar el contacto, que tenga interés en quedar, en hacer cosas juntos. Además, que el otro reconozca y valide nuestra importancia en la relación y por eso quiera mantenerla.
Todas estas necesidades nos reconocen y nos validan como personas que tenemos algo que ofrecer, que tenemos derecho a existir y que podemos compartir con el otro. La mayoría carecemos de algunas o muchas de estas necesidades y hasta que no hacemos el trabajo con nosotros mismos seguimos transfiriendo y proyectando nuestras necesidades relacionales a los demás, pero fundamentalmente sobre todo a nuestra pareja. Tenemos que entender que ellos a su vez tienen sus propias necesidades relacionales y si no hacen su trabajo también van a hacer lo mismo con nosotros, esperando que se las satisfagamos.