Las agujas y las inyecciones son frecuentes cuando somos niños, al principio de nuestra vida tenemos una cita anual con la enfermera que nos pone las vacunas. Pero durante el resto de nuestra vida también es algo que encontramos frecuentemente, incluso cuando estas sano, como por ejemplo los análisis de sangre o cuando tienes que realizarte determinados tratamientos en el dentista.
Esta fobia puede tener consecuencias más graves porque las personas que la sufren evitan ir al médico, recibir las vacunas que necesitan, o incluso operaciones médicas más graves. Algunas llegan a recluirse en casa para evitar riesgos de accidentes y tener que ser ingresadas, donde tendrían que pincharles. El miedo a las agujas puede incluso generalizarse a verlas en televisión, en un anuncio o ahora a diario en el telediario con la vacunación masiva por la COVID.
Reacciones ante las agujas.
Normalmente hay dos tipos de reacciones, primero al anticipar la situación temida empiezan a experimentar los síntomas de miedo y ansiedad, incluyendo la aceleración del corazón y la tensión arterial. Pero acto después, al ver la aguja la presión arterial baja muy rápidamente, y se marean llegando incluso a desmayarse.
Estos cambios están controlados por el nervio vago. Mas de la mitad de las personas con fobia a las agujas y a la sangre se han desmayado alguna vez en sus vidas cuando sienten ese miedo tan intenso. Lo curioso es que esa reacción no se da en otras fobias. Y otro dato interesante es que según las estadísticas la mitad de la personas con miedo a las agujas no se desmayan, aunque ese es uno de sus temores.
Tratamiento por exposición
Para el tratamiento de este tipo de fobia, lo más común es utilizar la terapia cognitivo conductual que trabaja con la exposición al objeto temido, en este caso las agujas, y con técnicas de tensión muscular y relajación.
La exposición es una intervención psicológica muy eficaz para casi todas las fobias y puede realizarse en vivo y directamente con el objeto de la fobia, o trabajarla en imaginación, puede conllevar una única sesión o varias.
El tiempo de exposición tiene que ser suficientemente largo para que el miedo que está sintiendo la persona baje de intensidad y pueda darse cuenta de que lo que estaba anticipando y lo que pensaba que iba a pasar y que seria “horrible” no ocurre, y es más, que puede sobrevivir a ello y que está bien.
Tratamiento con Psicología Energética
Además podemos trabajarlo con EFT, utilizando la técnica de la película, en la que pedimos a la persona que nos vaya contando la situación temida, con todos los detalles posibles mientras vamos tapeando los puntos hasta que la sensación de malestar se reduzca a 0.