La llamada inteligencia emocional surgió como reacción a la creencia que había que controlar las emociones, que la razón tenía que ser capaz de hacerlas frente. Como contra reacción surgió la creencia que había que expresar todas las emociones, y finalmente se llego a integrar ambos extremos creando el aprendizaje en Inteligencia Emocional que habla de 5 competencias principales:
- El conocimiento de las propias emociones, el darse cuenta lo que uno está sintiendo ya que las personas que tienen un mayor conocimiento de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas porque tienen una valiosísimo información adicional a la meramente cognitiva.
- La capacidad de manejar las emociones, es decir la capacidad de regularlas, porque si las controlamos, es decir si intentamos bloquearlas y no expresarlas lo único que hacemos es intensificarlas. Aprenderemos a regularlas a continuación.
- La capacidad de motivarse a uno mismo. Las emociones están en la base de nuestras motivaciones, nos motivamos más fácilmente con lo que nos gusta y lo que es importante para nosotros (los valores) que con lo que nos disgusta y no valoramos. Muy relacionado con lo que nos gusta o es importante para nosotros está el como me hace sentir. También interviene aquí el poder post-poner la gratificación el planear objetivos en el tiempo sin obtener recompensas inmediatas
- El reconocimiento de las emociones ajenas: la empatía, el poder colocarnos en el lugar del otro y entender sus sentimientos y emociones para así facilitar la comunicación con el otro.
- La habilidad para relacionarnos, como continuación de ser capaces de entender las emociones y sentimientos del otro también seremos capaces de desarrollar las destrezas necesarias para tener relaciones interpersonales satisfactorias.