¿Porqué no tengo pareja? Y si la tengo ¿Porqué no soy feliz?
A veces no basta con desear tener pareja, ni siquiera con “hacer todo lo posible para conseguirla”, solemos tener conflictos sin resolver a niveles muy profundos que nos lo impiden. Y si tenemos pareja, lamentablemente no basta con nuestra buena voluntad para conseguir una relación feliz.
Todos deseamos tener pareja y que nos dure el máximo tiempo posible. Pero generalmente nuestro deseo consciente entra en conflicto con nuestras limitaciones inconscientes y son éstas las que ganan siempre.
No somos libres cuando elegimos pareja.
La relación que hayamos establecido en la infancia con nuestros padres va a ser determinante a la hora de poder gestionar correctamente nuestras emociones. De forma completamente inconsciente, traslademos a nuestra pareja las demandas afectivas que no pudieron ser satisfechas en nuestra infancia. Establecemos así una relación infantil que supone un considerable desgaste a través del tiempo.
Por otra parte, según muestran las constelaciones familiares, es muy posible que estemos enredados en alguna dinámica oculta de nuestro sistema familiar que nos impida estar completamente disponibles para nuestra pareja en el momento. Nuestro amor se encuentra retenido en un lugar equivocado.
A veces llegamos a la pareja procedentes de relaciones anteriores que no se cerraron correctamente, arrastramos ira, dolor, resentimiento, deseos de venganza, etc. Esto afectará gravemente a la nueva relación. Debemos dar el lugar correcto a la pareja anterior y a los hijos si los hubiere.
Cuando no tenemos solucionadas nuestros bloqueos e implicaciones, inconscientemente escogeremos una pareja acorde con nuestras posibilidades. Para no sentirnos inferiores nunca escogeremos a una pareja que tenga un nivel de crecimiento superior o esté más libre y, aunque no nos demos cuenta, escogeremos la pareja adecuada para ayudarnos a crecer y sacar a la luz nuestras carencias.
Los Órdenes del Amor descubiertos por Bert Hellinger establecen las bases para la correcta relación en la pareja. Estar en sintonía con estos órdenes significa establecer en el nuevo sistema el orden correcto, la adecuada pertenencia y el buen dar y recibir, la felicidad y el amor fluyen.
No basta con amar, hay que saber amar.
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