La tristeza es el resultado de sentir una pérdida, de falta de contacto, de dolor, o de sentirse conmovido por una despedida o algo que termina. El psicólogo Aaron Beck describe diferentes tipos de perdidas, como perdida de un objeto o persona que considerábamos valiosa. Perdida como cambio de cómo se ve un objeto o persona ahora frente a antes. Perdida entre la realidad y la expectativa. Expectativa de una posible perdida a futuro o del pasado.
Cuando uno está triste, tiende a replegarse en si mismo. La postura corporal típica es hombros hundidos, cuerpo encorvado, pecho deprimido hacia dentro, mirada caída y pérdida del tono muscular. Disminuye el ritmo cardiaco, la respiración se relentiza y tenemos una sensación de falta de fuerza.
Con frecuencia la tristeza implica el llanto. El llanto puede ser un desahogo o una señal para ti y para los demás de que algo es penoso. El llanto también informa de que estas sufriendo. Podemos sentirnos tristes de sentirnos solos o con carencias. La tristeza por el rechazo puede evocar la sensación de desamparo e impotencia, te produce una sensación de inseguridad.
Si una persona te muestra su afecto y es amable contigo y esto te entristece puede ser la señal de que has vivido una pérdida que no has resuelto y la tienes que afrontar, haciendo lo que los psicólogos llamamos el proceso de duelo. Es como si la amabilidad te reflejara una carencia profunda y una sensación de dependencia no resuelta. Cuando si tenemos resueltas nuestras carencias afectivas, la amabilidad nos hará sentirnos mejor y nos ayudará a salir de la tristeza más fácilmente, al sentirnos acompañados y arropados.
La depresión aunque puede contener una sensación de profunda tristeza e impotencia es más compleja que la tristeza. A veces después de una pérdida uno se puede definir a si mismo deprimido. En la depresión uno se siente también especialmente pesimista, desvalorizado, avergonzado y lleno de ansiedad ante el futuro.