Victoria Cadarso Team

Salir de fiesta y conocer gente

fiesta El sábado salí de fiesta después de haber estado mucho tiempo sin apenas conocer la noche. A veces tengo un parecido muy evidente con un escáner humano. Creo que ayer debí de mirar a la cara y analizar los rostros de unas 5.000 personas, ni más ni menos. La casi una hora que estuve esperando a mi querida amiga X en la calle me sirvió para ver pasar delante de mis narices a un montón de gente. Y me sirvió para reflexionar sobre la amistad, sobre el amor, sobre la gente, sobre la fiesta de la noche… Cuando mi amiga llegó y se disculpó por haber tardado, yo no entendía por qué se disculpaba, si yo había estado entretenido haciendo lo que siempre hago: mirar y luego pensar en lo que veo. El resto de la noche fue larga… siempre estoy con este blogescindido en mi propia disyuntiva: dar morbo al asunto y contar mis vivencias paso a paso como si yo fuese el protagonista de una buena novela; o guardar la intimidad y así ser visto por los demás como más misterioso e interesante, y de paso evitar posibles conflictos con mis amigos y conocidos que se podrían quejar de que hago las veces de un “Gran Hermano” que todo lo vigila y lo cuenta después. Y lo cierto es que he tomado un rumbo intermedio, y cuento algo y algo lo guardo. Pero en este artículo no voy a relatar mi noche de ayer. Creo que aprovecharé mejor el artículo haciendo una serie de reflexiones generales sobre lo que es la noche, lo que es la amistad, lo que son los amigos… y lo que es la fobia social y la timidez extrema, que impide disfrutar de estas cosas. En este artículo, salir de fiesta.

Conocer gente en la noche

Lo primero que me sorprendió de la noche de ayer fue lo fácil que es hacer amigos. Conocí a unas 10 personas nuevas, gente más o menos de mi edad. Pero pude conocer a mucha más gente, o mejor dicho; pude elegir conocer a otra gente. El sistema de conocer gente que usé ayer fue el de“amigos comunes”. O sea, yo le pedí a una amiga que me presentase a sus amigos. Me debía el favor porque yo había hecho lo propio con ella. Y resulta que así conocí a unos 10 amigos suyos. Y cada uno de esos amigos y amigas a su vez tiene amigos… podría hacerme amigo de un amiga de mi amiga y pedir a esta amiga de la amiga (no os quejéis, para ser seductores hay que tener un mínimo de inteligencia…) que a su vez se hiciese mi amiga y que a su vez me presentase a sus amigos después de haber hecho yo lo propio con los míos y respecto a ella. Este sistema de conocer gente es tremendamente eficiente, y una sola persona nos puede llevar a conocer un millón. Pero lo cierto es que estando en la Plaza Mayor esperando a mi amiga me dio por fijarme en la cantidad de gente de mi ciudad que queda ahí para luego salir por la fiesta el sábado por la noche…

Cuando estaba parado un chico me preguntó que si yo era “amigo de Dani”. No era yo la persona que buscaba. Había otro chico a mi derecha, que estaba esperando también, en este caso a sus amigos. Al final llegó sólo uno de sus amigos, diciendo “no viene nadie más”. Se me ocurrió pensar que sería muy fácil presentarme y pedirlos que si yo me podía ir con ellos de fiesta, y de paso podría conocer gente nueva y sargear un poco para luego ligar (evidentemente con mujeres…) En este momento pensé en lo tonto que yo era en otra época cuando me creía que era muy difícil hacer amigos… Sólo hay que irse a ese sitio especial de nuestra ciudad en donde suelen quedar los sábados por la noche para irse juntos de fiesta, entrar a un grupo de hombres (sargeo masculino en toda regla, que no tiene fines sexuales o amorosos), auto presentarnos, echarle morro y pedirlos que si nos podemos ir con ellos de fiesta. Yo esto ya lo he hecho varias veces, como cuando salgo sólo de fiesta, y siempre me han dicho que sí.

Cuando seguía esperando, vi a mi derecha un grupo de chicas… me dio por pensar que podría intentar hacer lo propio, presentarme y pedirlas que si me podía ir con ellas de fiesta (obteniendo así la siempre impagable visión de un rubio de 1,83 rodeado de un montón de chicas monas…) También he hecho esto, y en los grupos de chicas siempre hay división de opiniones… por lo que es más difícil. Claro, ellas no son tontas, me ven cara de “lobito”, pero de lobito bueno, eso sí… que solo muerde con permiso. Esta es una buena forma de ligar, y yo he conocido a muchas chicas así. Pero a veces creo que yo mismo soy un animal diurno, y que no encontraré el amor de mi vida en la para mi algo asfixiante atmósfera de la noche, cargada de licor, de música que no me gusta, de gente por todos los lados, de locales abarrotados en donde no se puede ni bailar (y más con una música que no me incita a bailar).

Erik360  – Seducción y Autoayuda

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