La escucha activa atenta y la buena memoria de lo que nuestros clientes nos cuentan son habilidades claves como terapeutas para desarrollar una buena relación de confianza con ellos.
Como psicólogos debemos encontrar una manera de recordar los puntos claves y los detalles sobre las circunstancias, experiencias y relaciones significativas que nos cuentan nuestros clientes. Hay algunos terapeutas que prefieren no tomar notas durante la sesión y así enfocar toda su atención directamente en el cliente.
Estos terapeutas prefieren utilizar los espacios de tiempo entre las sesiones para poder escribir las notas de lo que se ha trabajado en esa sesión, pero es imposible transcribir una sesión entera, con lo cual hay que elegir bien qué es lo más importante que debemos recordar.
Lo que cada uno recojamos en nuestras anotaciones dependerá de nuestra orientación psicológica. Pero en rasgos generales deberían contener esta información:
- Tema tratado en sesión
- Objetivo de la sesión
- Herramientas utilizadas en sesión y propósito seguido.
- Recoger el estado emocional del que partía el cliente, y el estado emocional en el que terminamos la sesión.
- Anotar los deberes que les mandamos para la siguiente sesión
- Apuntar posibles transferencias o contratransferencias durante la sesión.
- Anotar nuestras reflexiones sobre el proceso terapéutico. Es muy importante diferenciar nuestra propias opiniones de las del cliente.
Uno de nuestros compromisos como psicólogo es velar por la privacidad de nuestros clientes y darles plena seguridad en que pueden confiar en nosotros y que vamos a tratar toda su información correctamente. y de manera segura.
Deberíamos explicar a nuestros clientes clientes antes de empezar a trabajar con ellos, lo que vamos a transcribir en los archivos, cómo vamos a guardar esos archivos, si alguien más puede acceder a esos archivos (por ejemplo los padres en caso de menores, o el juez en casos de custodias) y durante cuánto tiempo vamos a guardar esos archivos.
Una manera fácil de explicárselo podría ser decirles: “voy a tomar unas breves notas al final de nuestras sesiones, pero no voy a incluir ningún detalle personal que te pueda identificar y esas notas no las voy a compartir con nadie, a no ser que un juez las requiera o tu vida esté en peligro. Toda esta información va a ser guardada de manera segura y la guardaré X años después de que termine nuestra relación terapéutica.”
Yo prefiero dar una explicación simple y luego poner más detalles en el contrato que firmamos con los clientes y ahí ya podríamos establecer durante cuánto tiempo vamos a mantener su información.
Otra cosa a tener en cuenta es que por la ley de datos nuestros clientes tienen el derecho a poder ver en cualquier momento la información y los documentos relativos a ellos, y esto incluye las notas que tomamos de nuestras sesiones, por lo cual conviene tener esto en mente cuando estamos redactando esas notas.
Este punto es sobre todo importante para psicólogos que trabajan con parejas o con familias, dónde puede haber acciones legales.
Y en el caso de terapia de pareja es muy importante también porque uno de los clientes puede querer ver las notas tomadas durante el proceso terapéutico y esas notas pueden incluir información sensible sobre el otro miembro que no querríamos en ninguno de los casos que fuese mal utilizada.
Otro punto a tener en cuenta es que nos tenemos que asegurar que ningún detalle de los que recogemos en nuestras notas puedan ser identificables con nuestros clientes. Nosotras, por ejemplo, en el centro utilizamos iniciales para los nombres y apellidos de las personas y también de las personas que mencionen en sesión (familiares, amigos, jefes) y no solemos grabar ni escribir detalles de lugares o nombres de su trabajo/colegios etc.