El eneagrama no es un modelo de terapia pero se puede aplicar en cualquier terapia psicológica
El eneagrama está a caballo entre la psicología convencional y la psicología espiritual. La psicología convencional pone su atención en resolver aquellos aspectos dolorosos de experiencias pasadas que dificultan que la persona pueda sentirse bien en el presente, mientras que la psicología espiritual sostiene que cada ser humano tiene un don o un talento que ofrecer; pero que mientras estamos pendientes de mantener el dolor (de temas del pasado no resueltos) bajo control este don/talento se oculta.
Nos protegemos de este dolor a través de los mecanismos de defensa y estructura defensiva que construimos a su alrededor y aunque se puede parecer al don o talento en realidad es la máscara o estructura protectora a la que nos solemos referir como “falso self”, “persona”, “ego”, o incluso trance y forma parte de nuestra personalidad.
Nuestra personalidad es la forma en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, mostrando una tendencia de ese comportamiento a través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y mostrarnos del modo en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. La personalidad persiste en el comportamiento de las personas congruentes a través del tiempo, aun en distintas situaciones o momentos, otorgando algo único a cada individuo que lo caracteriza como independiente y diferente.
Ambos aspectos de la personalidad, distinción y persistencia, está muy relacionada con la construcción de la identidad de la persona, en base a una serie de características denominadas rasgos o conjuntos de rasgos que, junto con otros aspectos del comportamiento, se integran en una unidad coherente que finalmente describe a la persona. “Los rasgos ofrecen una explicación clara y sencilla de las consistencias conductuales de las personas permiten comparar fácilmente a una persona con otra. Los rasgos son característicos de la personalidad y comportamientos consistentes que se manifiestan en diferentes situaciones. La teoría de los rasgos busca explicar, en forma sencilla, las consistencias en el comportamiento de los individuos.”
Cuando identificamos el tipo de personalidad en realidad estamos identificando su falso self aunque podemos conocer o intuir la naturaleza de su autentico ser, que está oculto debajo de la herida de fondo, y lo que el cliente quiere desarrollar en su lugar.
El eneagrama ayuda de múltiples maneras:
- Te ayuda a establecer el rapport o relación terapéutica si entiendes tu propio tipo y tus dificultades en la relación para tenerlas en cuenta y no incluir tu propio sesgo en la relación “contratransferencia”. Ayuda a que el cliente pueda bajar sus defensas más rápidamente al sentirse entendido y no juzgado.
- Si puedes identificar el tipo del cliente te ayuda a establecer la relación y la confianza sabiendo las posibles “transferencias” que te va a hacer, es decir si pertenece al centro del instinto, corazón y cabeza va a pretender que le entiendas desde ese nivel por lo cual conviene dirigirte primero a ese centro, para establecer la sintonía.
- Te ayuda a respetar los tiempos, conocer los motivos por los que viene a terapia, el trabajo que conviene hacer, aunque siempre será el cliente el que determine cuando quiere abordarlo.
- Realza tu capacidad diagnostica para reconocer las diferentes motivaciones, estrategias de afrontamiento y patrones de relación sabiendo cuáles son los temas principales de ese tipo y sugiere como organizar y secuenciar las intervenciones
- Te permite proporcionarle información acerca de su tipo y lecturas que pueda hacer para profundizar para que se pueda identificar y entender el trabajo que tiene que hacer.
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