Es difícil definir la resiliencia, un modo fácil de entender a qué nos referimos cuando hablamos de ella es considerarla como el fenómeno del desarrollo exitoso de una persona bajo condiciones adversas.
Hay sin embargo acuerdo de que cuando nos referimos a este concepto asumimos que implica competencia o un positivo y efectivo afrontamiento en respuesta al riesgo o a la adversidad. La definición más aceptada de resiliencia es la de Garmezy (1991) que la define como «la capacidad para recuperarse y mantener una conducta adaptativa después del abandono o la incapacidad inicial al iniciarse un evento estresante»
Distintos investigadores conceptúan la resiliencia como la suma de factores individuales, familiares y sociales, así como una función de factores de protección compuestos de recursos personales y sociales. La base de la resiliencia también ha sido descrita como consistente de atributos disposicionales, uniones familiares afectivas y apoyo externo.
Los investigadores han sugerido que resíHencia y vulnerabilidad son los polos opuestos del mismo continuo (ej., Ferguson et al., 2003). La vulnerabilidad se refiere a incrementar la probabilidad de un resultado negativo, típicamente como un resultado de la exposición al riesgo. La resiliencia se refiere a evitar los problemas asociados con ser vulnerable.
Bonanno (2004) ha diferenciado entre resiliencia y recuperación, entendiendo por ésta como después de un funcionamiento normal la persona pasa un tiempo mal debido a un acontecimiento traumático pero, con el paso del tiempo, que puede ser de unos meses, vuelve al nivel de normalidad que tenía antes de ese evento traumático. La resiliencia, en cambio, indica, es la habilidad de mantener un equilibrio estable en personas que habitualmente de niños han tenido pérdidas importantes (ej., la de sus padres) o han sufrido traumas importantes, lo que hace que este estado de resiliencia se mantenga durante años para hacer frente a ese acontecimiento traumático.
Mientras que la resiliencia ha analizado las circunstancias negativas del individuo, y como de ellas saca todo lo positivo que tiene para superar las situaciones traumáticas o difíciles, la psicología se ha centrado especialmente en lo negativo, en relación con el estudio de la patología. La psicología positiva, de modo semejante a la resiliencia, lo que plantea es que hay que centrarse en lo positivo.
Artículo escrito por Elisardo Becoña (2006) Revista de Psicopatología y Psicología Clínica Vol. 11, N.3,pp ‘ . 125-146,2006 ISSN 1136-5420/06
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible.
La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Tienes toda la información de privacidad en nuestra página de política de privacidad y política de cookies.